Cruz Azul ha ganado un solo campeonato en 36 años, lo obtuvo en el Invierno de 1997 tras un penalti en el que Carlos Hermosillo fue pateado en el Nou Camp de León por el arquero Ángel David Comizzo; ‘ El grandote de cerro azul’ canjeó la infracción con gol, los celestes levantaron el campeonato y a partir de ahí comenzó la sequía cementera. Los celestes pasarían a partir de ese momento por cinco finales de liga con el mismo resultado, segundo lugar.
La maldición de Comizzo, Cruz Azul a la sombra del León
Desde el Invierno de 1997 los 'cementeros' no han vuelto a salir campeones. Los 'esmeraldas' han cosechado títulos y se han vuelto protagonistas.
Tras esa final el camino de León fue contrario, mientras Cruz Azul afianzaba el término ‘cruzazulear’ ante Pachuca, Toluca, Santos, Monterrey y América, los guanajuatenses tocaban fondo y se perdían en las penumbras de la entonces Primera A, fue en el 2001 cuando se fueron al descenso, permanecieron a la sombra de la primera división por 10 años y volvieron en el 2012 para recuperar el lugar que les correspondía en la historia del fútbol mexicano. Desde su nueva estadía en el máximo circuito, León solamente ha sabido ser protagonista, un constante en la fiesta grande del fútbol mexicano, con un fútbol agradable y siempre ofensivo, constantemente al frente. Han conseguido dos campeonatos, es el único bicampeón de los torneos cortos al lado de Pumas, y ha aportado jugadores a la selección mexicana.
La patada de Comizzo se convirtió en una reingeniería en el fútbol de León, sin saberlo esa patada fue la maldición cementera, cambió la visión que se tiene de un equipo como Cruz Azul y para bien se volvió en la dosis de motivación que necesitaba una plaza futbolera.
Las venganzas de León desde aquella patada están consumadas, si bien no se han enfrentado en una final, los azules han tenido que tragarse los campeonatos de León y en liguilla han sido eliminados por ‘La fiera’.
Esta sábado Cruz Azul tiene una oportunidad para enmendar el camino, para echar por tierra las esperanzas de liguilla que tiene León y enmendar un poco el mal sabor de boca de la afición cementera, no sea que nuevamente el cuadro comandado por Javier Torrente encuentre la motivación en el color azul para salir nuevamente campeón.