La mesa estaba puesta para Toronto FC, jugando en casa, para empatar el récord histórico de partidos consecutivos invicto en la MLS y continuar ejerciendo la paternidad que han mantenido en el clásico canadiense ante Montreal Impact en tiempos recientes.
¡Cayó el invencible! Toronto FC desperdició un “penalti de laboratorio” y dejó ir un récord histórico
El Montreal Impact que dirige Thierry Henry se quitó la paternidad que los Escarlatas habían ejercido en el Clásico Canadiense en tiempos recientes.
Sin embargo, el Montreal Impact que dirige Thierry Henry arruinó la fiesta Escarlata al pegarle 1-0. Aunque cabe señalar, que Toronto se saboteó a si mismo cuando tuvo para empatar el duelo con un penalti a favor en los minutos finales del primer tiempo.
El Impact se puso en ventaja temprano en el duelo vía una jugada prefabricada en un tiro de esquina. El hondureño Romell Quioto metió un servicio a segundo poste, donde el zaguero Rudy Camacho anticipó a su marca y de cabeza marcó el único gol del encuentro.
Toronto también quiso poner a prueba su jugada de laboratorio, pero el resultado no fue tan efectivo.
Alejandro Pozuelo le había dado el triunfo a Toronto sobre Montreal la semana pasada ejecutando un penalti magistral. Pero el español decidió cambiar su forma de cobrar la pena máxima y optó por un “penalti de laboratorio”. El ‘10’ le dio un pase a Pablo Piatti en lugar de patear directo al arco. El argentino mandó su remate a la red.
Sin embargo, el árbitro anuló el gol ya que Piatti había invadido el área previo a que Pozuelo tocara el esférico.
El arquero de Montreal, Clément Diop, también tuvo que ver bastante en la victoria, atajando varios intentos incluido un remate a quema ropa de Jozy Altidore.
El récord de imbatibilidad en la MLS de Toronto se queda en 18 partidos, a uno de la marca impuesta por Columbus Crew entre 2004 y 2005, y del FC Dallas que lo emparejó en 2010.
Además, el Impact cortó una racha de cuatro derrotas al hilo ante su clásico archirrival. Las últimas dos habían sido en este mismo 2020 con Henry en el banquillo. Pero el estratega francés y sus dirigidos se las cobraron con una dulce revancha.