LA CAVERNE DE PONT D'ARC, Francia, Jul. 15, 2016.- El holandés Tom Dumoulin (Giant), "La mariposa de Maastricht" que conquistó la cima de Andorra, voló como el viento en la contrarreloj disputada entre Bourg Saint Andéol y La Caverne du Pont D'Arc, de 37,5 kilómetros, en una jornada de lágrimas en recuerdo de las víctimas de Niza que reforzó el liderato de Chris Froome.
Dumoulin vuela con el recuerdo de Niza
Tom Dumoulin se adjudica la contrarreloj disputada entre Bourg Saint Andéol y La Caverne del Tour de Francia
Dumoulin, el gigante que a punto estuvo de ganar la Vuelta a España 2015, se lució en el esfuerzo individual e impidió una nueva exhibición de Froome, a quien se impuso por 1.03 minutos, a una velocidad superior a los 44 kms/hora. Al tercer lugar se encaramó por sorpresa el campeón portugués del Movistar Nelson Oliveira, a 1.31.
En la lucha de la general, el ganador fue Froome, impotente para dar alcance a Dumoulin, pero capaz de alejar a sus rivales directos, sobre todo a Nairo Quintana, a quien metió 2.03 minutos. Un buen mordisco al colombiano, a merced del viento huracanado que marcó la crono.
Salvaron el tipo Alejandro Valverde, a 1.45 de Froome y el holandés Bauke Mollema, que se sube a la segunda plaza de la general a 1.42. También dio la talla el joven Adam Yates, maillot blanco, en puesto de podio a 2.45.
Se empiezan a complicar las cosas para Nairo Quintana, cuarto a 2.59. El de Cómbita se agarra a que "queda mucha montaña", pero ya se aleja peligrosamente. Quien no se descuelga es su compañero Valverde, que le sigue a 3.19, con ganas de repetir el podio del año pasado.
Fue extraño vivir sin megafonía, sin animación, sin entusiasmo convertido en aplausos el goteo de ciclistas que iban llegando a La Ceverne de Pont D'Arc. El recuerdo del atentado de Niza apagó el volumen, pero no el espíritu del Tour, que apostó "por no doblegarse a los que tratan de cambiarnos la forma de vivir", según afirmó su director, Christian Prudhomme, de buena mañana.
La crono larga de la presente edición echó a andar a las 10 de la mañana en medio de la ventolera y terminó a la hora de la merienda con Eolo en acción. Una cita a la que estaba convocado Chris Froome para dar otro estacazo en la general, esta vez íntegramente en bicicleta, sobre el recorrido que empezaba y terminaba cuesta arriba.
La primera referencia significativa llegó por la línea Movistar, de la mano del campeón portugués de la especialidad Nelson Oliveira, quien marcó en meta 51.46 minutos. Espectacular registro que superaba a monstruos de la crono como el australiano explusmarquista de la hora Roan Dennis ó "Espartaco" Cancellara, tetracampeón mundial, que perdió 1.44 con el luso.
Tampoco le echaron el guante a Oliveira el campeón de España Ion Izagirre y el alemán Tony Martin, con tres mundiales a su espalda. Otro cantar se escuchó con la entrada del holandés Tom Dumoulin. El de Maaastricht, el hombre que ganó en la cima de Andorra Arcaliís pulverizó por 1.30 minutos la marca de Oliveira. Palabras mayores.
Su dominio en los puntos de paso llevaba marcha de victoria. Al campeón holandés le tocó aguantar en la "silla caliente" el goteo de participantes soñando con un triunfo de postín junto a la Caverna de Pont-D'Arc, donde el hombre montó una de las primeras "galerías de arte" hace 36.000 años.
Nadie era capaz de quitarle la gloria. Si acaso Froome. Pero el británico hubo de conformarse con la medalla de plata de la crono. El oro para Dumoulin, "en un momento muy especial por las terribles noticias de Niza". El holandés firmó su segunda etapa en el Tour, las dos este año. Domina la montaña y el reloj. Y las emociones, "en momentos muy duros para Francia y los partidarios de la paz".
En el podio formaron sin música ni aplausos los cuatro maillots; el blanco de Yates, el verde de Sagan, el de puntos de De Gendt y el amarillo de Froome, junto al ganador de la etapa. Un minuto de silencio puso una lágrima de emoción dedicada a Niza, en el corazón de toda la caravana el Tour de Francia.
Este sábado se disputará la decimocuarta etapa, entre Montélimar y Villar Les Dombes, de 208,5 kilómetros.