Calma, tranquilidad y paciencia. Esa tres palabras suelen ser muy relacionadas con el golf y con aquellos que los practican, especialmente a un nivel de élite. Pero ese no es el caso de Henrik Stenson, el reciente ganador del Abierto Británico de golf, quien antes de conseguir ayer la victoria más importante de su carrera, también era conocido por los difíciles momentos que ha tenido que superar en su vida personal y que han derivado en ataques de histeria y varios palos de golf rotos en medio de los torneos.
El lado B de Henrik Stenson, el primer golfista sueco en ganar un torneo Major
A pesar de ser un jugador muy talentoso y de haber acumulado varios éxitos durante su carrera, el europeo no destaca por su paciencia.
Stenson, el primer hombre sueco en ganar un torneo de Grand Slam, comenzó a jugar golf a los 12 años de edad y, aunque es zurdo de nacimiento y todo lo hace con esa mano, aprendió a jugar golf por el lado derecho y así lo sigue haciendo hasta hoy. Con 40 años, 11 títulos en el European Tour y cinco en el PGA Tour, el europeo está lejos del prototipo paciente y tranquilo de los nórdicos. Es un un hombre simpático y al que le vida, así como en la actualidad le sonríe, también le ha quitado bastante.
Cuando corría la temporada 2001, mucho antes de su brillantes actuaciones en el circuito europeo y estadounidense, preocupado por su fortaleza con el drive, empezó a soñar que golpeaba sus tiros en la cabeza de los aficionados y necesitó ayuda psicológica. Luego, en 2009, después de alzar el trofeo del Players Championship, el denominado quinto ‘Grande’, cayó en la estafa piramidal de Allen Stanford y perdió varios millones de dólares y, en 2011, cuando estaba en el Top 5 del escalafón mundial, sufrió una grave neumonía y tuvo que a alejarse de los campos por un par de meses.
Y esos no son los únicos obstáculos que ha tenido que superar el sueco,. Su temperamento, el mismo que sacó a flote para vencer a Phil Mickelson en una de las mejores definiciones del Abierto Británico de golf en su historia la tarde el domingo, también ha tenido que lidiar con su temperamento explosivo, el mismo que lo ha llevado a romper varios palos de golf en medio de los torneos.
La última vez que Stenson volvió a dar muestras de su tradición personal de romper palos de golf fue en abril de 2015, en plena segunda ronda del Masters de Augusta, después de que un golpe en el hoyo 15 fuera directamente al tronco de un árbol y, al tratar de sacarla a buena en su siguiente intento, la pelota se fuera al lago, razón por la cual el sueco decidió desquitarse con su palo de golf.
Pero ese no fue un hecho extraño para Stenson, pues ya había quebrado uno de sus palos sobre su rodilla en el Abierto Británico 2014, también rompió la cabeza de su drive en el BMW Championship y, un par de años atrás, destruyó un vestuario tras una mala ronda en el mismo evento, entre otras.
No obstante, esos hechos quedaron atrás el domingo, donde además de su clase y gran categoría para pegarle a la bola, demostró tener la calma suficiente en los momentos clave para llevarse a casa su primer trofeo grande. Y Stenson quiere más tanto así que confirmó, muy a su estilo, que estará en los Olímpicos de Río, sin importar el virus del Zika: “No me dan miedo los mosquitos, me dan miedo los osos", aseguró el sueco.